Lenten Reflection, Fasting with the CIW
Fourth week of Lent, John 3.14-21
Like Nicodemus, looking for Jesus at night, I approached the experience of fasting for five days with the Coalition of Immokalee Workers in front of the offices of Nelson Peltz in Manhattan with more doubts than answers. I fasted with the intention of continuing the call to Wendy's to sign the Fair Food Program, which among other things promotes the cessation of sexual abuse experienced by women in the agricultural fields.
Now, I can say that my secret visit to the Redeemer, like the visit of Nicodemus, has opened my eyes to the light; to the desire to move next to those who do not fear to be where justice shines in all its splendor. I wish to be with those who do not fear being in the light, with those who do not hide "because they know that their works have been done in God" (John 3.21).
My awakening to light, I describe it as follows:
I thought I knew ...
what it is to work hard, until I saw the people who do it in the fields.
what it is to be abused, until I witnessed the exploitation that befalls agricultural workers.
what it is to be poor, until I measured how little farmworkers receive for their hard work.
what it is to sacrifice for others, until I saw the commitment of a farmworker to his family and community.
what it is to suffer, until I knew the physical and emotional pain of agricultural workers.
what it is to endure hunger, until I sat down at the table with people returning from work in the fields.
what is to feel pain, until I heard the stories of resilience of the peasants.
So, I also thought I knew ...
what is fair, until I realized that through my lifestyle I am complicit by action and omission in a system that enslaves, abuses, exploits and sacrifices many for the well-being of a few.
what it is to be happy, until I saw the smiling face of an agricultural worker after a long day's work.
what it is to enjoy the simple things in life, until I heard the frank and spontaneous laughter of the children of the farmworkers.
what it is to be brave, until I witnessed how the peasants put a stop to the abuser.
what it is to be in solidarity, until the one who had little shared her bread with me when I was hungry.
what it is to have faith and hope, until I accompanied the farmworkers on the road in the fight for justice even in the face of opposition.
Lent is not over yet; the time of reflection continues. Surely, I will continue to find that there are many other things that I think I already know, but that in the light of my encounter with the Redeemer I will have to relearn.
--Penned in front of the offices of Trian Partners, 280 Park Avenue in New York, NY
Reflección de Cuaresma
Ayunando con CIW
Cuarta semana de Cuaresma, Juan 3.14-21
Como Nicodemo buscando a Jesús de noche, me acerqué con más dudas que respuestas a la experiencia de ayunar por cinco días con la Coalición de Trabajadores de Immokalee, frente a las oficinas de Nelson Peltz, en Manhatan NYC. Esto, con la intención de continuar el llamado a Wendy's para que firme el Programa de Comida Justa, que entre otras cosas promueve el cese del abuso sexual a las mujeres en los campos agrícolas.
Ahora puedo decir que, mi visita a escondidas al Redentor, al igual que la visita de Nicodemo, me ha abierto los ojos a la luz; al deseo de moverme al lado de quienes no temen estar donde la justicia brilla en todo su esplendor. Deseo estar con quienes no temen estar en la luz, quiero compartir con quienes no se esconden "porque saben que sus obras han sido hechas en Dios" (Jn. 3.21).
Mi despertar a luz, lo describo como sigue:
Pensé que sabía ...
lo que era trabajar duro, hasta que vi a la gente que lo hace en los campos.
lo que era ser abusado, hasta que fui testigo de la explotación de la que son víctimas los trabajadores agrícolas.
lo que era ser pobre, hasta que medí lo poco que reciben los agricultores por su arduo trabajo.
lo que era sacrificio por otros, hasta que vi la entrega de un campesino por su familia y comunidad.
lo que era sufrir, hasta que conocí el dolor físico y emocional de los trabajadores agrícolas.
lo que era aguantar hambre, hasta que me senté a la mesa con la gente que regresa de trabajar en los campos.
lo que era el dolor, hasta que escuché las historias de resiliencia de los campesinos.
Entonces, también pensé que sabía ...
lo que era justo, hasta que me di cuenta de que mi estilo de vida es cómplice por acción y por omisión de un sistema que esclaviza, abusa, explota y sacrifica a muchos para el bienestar de pocos.
lo que era ser feliz, hasta que vi el rostro sonriente de un trabajador agrícola después de una jornada larga de trabajo.
lo que era disfrutar de las cosas simples de la vida, hasta que escuché las risas francas y espontáneas de los hijos de los trabajadores del campo.
lo que era ser valiente, hasta que presencié como los campesinos le pusieron un alto al abusador.
lo que era ser solidario, hasta que quien tenía poco me compartió su pan cuando yo tenía hambre.
lo que era tener fe y esperanza, hasta que acompañé a los trabajadores agrícolas en el camino y la lucha por la justicia aun cuando hay oposición.
La cuaresma todavía no termina, el tiempo de reflexión continúa. Seguramente yo también seguiré encontrando que hay muchas cosas que pienso que ya conozco, pero que a la luz del encuentro con el Redentor tendré que reaprender.
- Rev. Miguel Estrada
Frente a las oficinas de Trian Partners en 280 Park Avenue en Nueva York